miércoles, 29 de marzo de 2017

En Casa



Un día estaba en casa, de repente incline mis piernas y me coloque en una posición como si iba a defecar, luego mire hacia mi derecha e izquierda, por un momento fije la mirada hacia la derecha y visualice un cuarto con la luz apagada y, se encontraban objetos como una bicicleta estática,  closet, chifonier, televisión  y una cama matrimonial. De repente mi imaginación empezó a razonar y reflexionar, que en ese cuarto se encontraba el confort, la rutina, el día a día, en estar en movimiento, pero estático encerrado allí, en perder el tiempo en ver algo que te distrae y quedar concentrado como si fuera una caja de felicidad que todos buscan, pero solo es un televisor, sin esperanza de cambio, a oscura todo apagado sin objetivos ni metas…  Cambie la mira hacia la izquierda, observe como la sala de la casa estaba acompañada de soledad, vacía y con una luz que penetraba en el cristal de ventanas para caer en el piso de porcelana y terminar en el cemento transformado en pared. Refleje algo ese algo me ayudo a entender como esa luz radiante se deslizaba en pleno llano de porcelana, me levante y tome una gran decisión.  Ligue unos químicos con aroma a aseado, la agarre por el cabello de mopa la frote en una cubeta con los químicos y pase un coletazo, ese algo me decía que la cerámica estaba sucia.

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