Un día estaba en
casa, de repente incline mis piernas y me coloque en una posición como si iba a
defecar, luego mire hacia mi derecha e izquierda, por un momento fije la mirada
hacia la derecha y visualice un cuarto con la luz apagada y, se encontraban
objetos como una bicicleta estática, closet,
chifonier, televisión y una cama
matrimonial. De repente mi imaginación empezó a razonar y reflexionar, que en
ese cuarto se encontraba el confort, la rutina, el día a día, en estar en movimiento,
pero estático encerrado allí, en perder el tiempo en ver algo que te distrae y
quedar concentrado como si fuera una caja de felicidad que todos buscan, pero
solo es un televisor, sin esperanza de cambio, a oscura todo apagado sin
objetivos ni metas… Cambie la mira hacia
la izquierda, observe como la sala de la casa estaba acompañada de soledad, vacía
y con una luz que penetraba en el cristal de ventanas para caer en el piso de
porcelana y terminar en el cemento transformado en pared. Refleje algo ese algo
me ayudo a entender como esa luz radiante se deslizaba en pleno llano de
porcelana, me levante y tome una gran decisión.
Ligue unos químicos con aroma a aseado, la agarre por el cabello de mopa
la frote en una cubeta con los químicos y pase un coletazo, ese algo me decía que
la cerámica estaba sucia.
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